› Crónica Baroness + Cobra. 8 de marzo de 2016. Apolo. Barcelona.

La última vez que Baroness visitaron nuestras tierras fue sólo unas semanas antes del terrible accidente de autobús que casi acaba con ellos y que propició la salida del bajista y el batería de la banda. 4 años más tarde, y con el glorioso Purple – que el mismísimo James Hetfield ha incluido entre las 10 mejores cosas que le han pasado en 2015 – bajo el brazo, la baronesa visitó la sala Apolo de Barcelona para demostrar que no hay fatalidad que la detenga y que la escena de metal “no tradicional” aún tiene mucho que decir.

Empezaba bien la velada con Cobra sobre el escenario. La banda de Bizkaia, que cuenta entre sus filas con David, bajista de Berri Txarrak, calentó el ambiente mientras presentaba "Riffyard", su último trabajo. Stoner duro y rock pesado con aires a Fu Manchu, Clutch, o Corrosion of Conformity, montones de referencias cinematográficas y muchas tablas es lo que nos propone este grupo que, pese a llevar ya unos años en esto estaba fuera del radar de muchos de los asistentes. A partir de ahora no seguirá siendo así.


Con la banda sonora de Conan como introducción y una de las espectaculares pinturas del vocalista y guitarrista John Dyer Baizley como telón de fondo, saltaba al escenario la banda de Savannah. El set list incluye "Purple" casi al completo y se apoya mayormente en "Yellow and Green", relegando las ciclópeas composiciones de su primera época a una canción de "Red" y una de "Blue", lo que permite a Dyer Baizley y los suyos demostrar la versatilidad que han ganado con los años saltando de la épica de los coros y los solos de guitarras dobladas – que alcanza su punto álgido en la catársis de Chlorine and wine – a tranquilos intervalos post-rock, desvaríos prog e incluso algún pequeño coqueteo con el grunge. Esta amalgama hasta parece traducirse en la presencia escénica del grupo, con el frontman flanqueado por el guitarrista Peter Adams, un metalhead de la vieja escuela, y el bajista/teclista Nick Jost cumpliendo con todos los clichés del músico de progresivo.


Baroness huyen de las poses y los artificios y apuestan por un directo honesto y brutal, cuatro músicos entregados y disfrutando del momento tanto o más que la audiencia. Poco importa que la voz de J.D.B. empiece a renquear a mitad de show cuando la pasión puesta por la banda es absoluta y su desempeño técnico impecable. Temas como Shock me (que parece destinada a convertirse en la nueva favorita del público), Sealungs, o March to the sea multiplican su potencia interpretadas en directo y la banda sólo busca el apoyo de un juego de luces que tiñe el escenario del color del disco al que corresponde cada tema, sabedora de que su público entiende su propuesta y que, cuando hay buena música y ganas, no hace falta más adorno. Cerrando el concierto con dos canciones tan distintas como la brutal rendición de Izak – capaz de partirle el cuello a un elefante – y la radiable Take my bones away, despejan toda duda y resumen todo lo que nos han demostrado durante su actuación.


Con las raíces en el metal pero sin ningún problema en explorar todas las posibilidades del rock, con una ética de trabajo más cercana al DYI del hardcore que a la de los aspirantes a rockstar que triunfan en la escena, y con el convencimiento de que su música es arte y de que su público no es idiota, Baroness tienen asegurado un puesto en ese panteón underground al que gran parte de la comunidad metálica no hace ni caso pero al que cada vez más gente mira cuando se harta de refritos y busca una voz con algo interesante que aportar. Usamos mal la etiqueta en su día pero ahora está claro: El nuevo metal es esto.

Tx: Isaac Mora. Extraida de Rock On. / Ft: K.

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Organiza: To Be Confirmed Produccions y Houston Party Music