› Crónica John Garcia + Steak + Komatsu. 27 de noviembre de 2014. Sala Arena. Madrid.

› Fotos John Garcia + Steak + Komatsu. 26 de noviembre de 2014. Bikini. Barcelona.

A John García el público español le tiene cariño. Por ello, me extrañaba que a media hora de comenzar el recital el publico fuese tan escaso. Yo mismo llegué tarde; inconvenientes de situar conciertos en jueves. Algo disfruté de la gordura sonora de Steak, que practicaban un rock con densidad doom y ritmo de stoner, aunque el sonido no acompañó hasta mitad de su actuación. Demasiados graves. El género lo pide, pero es necesario entender lo que se escucha y diferenciar las notas del ruido. A mitad del recital el público comenzó a animarse y pese a algún problema técnico puntual, hicieron un pequeño set arrollador. Una apropiada apertura para el ex- Kyuss.

Para entonces, cuando la hora tornaba más adecuada para lo que era un día laborable, la sala lucía más llena que cuando llegué. El foso de la Arena estaba lleno de camisas a cuadros, gorras de camionero y deseosos de stoner por una de las voces pioneras del estilo. Aquello cuadraba más. Garcia comenzó su concierto con el público ganado sólo con la introducción, pero es que Caterpillar March es la presentación no grabada que cualquier banda querría tener. El bautizado como “Juanito” por los madrileños hizo aparición entre vítores y aplausos, y aunque el setlist estuvo dominado por temas de su primer trabajo en solitario, su carisma y su buen estado vocal mantuvieron al público en vilo.


Garcia parece caer en un trance entre él mismo, el micrófono y las canciones. Si bien el sonido fue bueno al principio, tanto el como el soso guitarrista tuvieron problemas para escucharse, manteniendo un duelo gestual con el técnico de sonido hasta bien avanzada My Mind, lo que no impidió que One Inch Man sonase a gloria. Tan épico y contundente es el tema que ni un guitarra con poco denso sonido lo empolvó. El público se volvió loco bajo la sombra de Kyuss.

A los temas de Garcia quizá les faltó otra guitarra, y por supuesto, historia, pues no emocionaban, como es lógico, ni la mitad que los antiguos. Aun así, el público saltó y dobló la columna vertebral con trallazos como 5000 Miles. Evidentemente, el ritmo decaía, pero también se agradece que no se convierta en alguien tributando a su propio pasado. Defendió de forma excelente al micro todos los temas nuevos, como The Blvd, Flower o Saddleback, pero, ay Juanito, con Kyuss tocasteis el cielo y eso no lo vas a poder cambiar nunca.


La sala reventó al ritmo de El Rodeo, y el respetable se vino tan arriba con Green Machine, con un pequeño discurso de Garcia incluido, muy sincero y agradecido, que los pogos se generalizaron en un foso del que era imposible salir, y para cuando Whitewater llegó a su apogeo, García se arrojó al público. Un gesto brutal, que siempre gusta tanto, que hasta los bajista y guitarrista, bastante impersonales durante todo el concierto, fueron detrás. Hasta el técnico del grupo se apuntó al crowd surfing animado por un público extasiado.

Con todo, el concierto quedó escaso. Se echó en falta un sonido de guitarra más denso y apropiado al sonido Garcia, y unos músicos más comprometidos con la causa. Tampoco le perdonamos a John que se dejase en el tintero Supa scoopa and mighty scoop. De cualquier manera, en mayor o menor medida, siempre complace, y en esa voz, ni sus copas ni sus canutos parecen hacer mella. Nos vemos en la próxima.


Tx:Edgar Carrasquilla @Edgar_Corleone. Extraida de The Best Music. / Fotos: K.

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Organiza: On The Road Music